Dolor
El dolor es una sensación
desencadenada por el sistema nervioso. El dolor puede ser agudo o sordo. Puede
ser intermitente o ser constante. Puede sentir dolor en algún lugar del cuerpo,
como la espalda, el abdomen o el pecho o sentir dolor generalizado, como los
dolores musculares durante una gripe.
El dolor puede ayudar a
diagnosticar un problema. Sin dolor, usted podría lastimarse gravemente sin
saberlo o no darse cuenta de que tiene un problema médico que requiere
tratamiento. Una vez que el problema se trata, el dolor suele desaparecer. Sin
embargo, a veces el dolor continúa durante semanas, meses o años. Esto se
conoce como dolor crónico. Algunas veces el dolor crónico se debe a una causa
constante, como cáncer o artritis. Otras veces la causa es desconocida. Una
persona puede tener más de un tipo de dolor crónico al mismo tiempo.
Afortunadamente, existen
muchas formas para tratar el dolor. El tratamiento varía dependiendo de la causa
del dolor. Los analgésicos, la acupuntura y, algunas veces, la cirugía pueden
serle de ayuda.
Según la "International
Association of the Study of Pain" el dolor se define como "una
experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a un daño real o
potencial del tejido, o se describe en términos de dicho daño”. Sin embargo,
para todos nosotros, el dolor es simplemente una sensación desagradable de que
algo nos hace daño. Se trata de un sentimiento subjetivo que todos aprendemos a
través de nuestras propias experiencias cuando aún somos muy pequeños. Se puede
aprender mucho acerca del dolor y de su alivio. El médico sólo puede saber que
un paciente sufre dolor si éste se lo dice. Por tanto, es importante que
siempre que sufra dolor se lo cuente a su médico.
El
dolor puede ser agudo, si dura poco tiempo, o crónico, si dura más, a veces
incluso de por vida.
El
dolor agudo: es un dolor de corta duración que suele
tener una causa fácilmente identificable. Este tipo de dolor normalmente se
origina fuera del cerebro (en el sistema nervioso periférico), aunque se
procesa e interpreta en él (por parte del sistema nervioso central). De hecho,
el dolor agudo actúa como una señal de advertencia de un daño actual o próximo:
es la respuesta fisiológica normal ante un estímulo adverso o perjudicial que
causa el dolor. Este estímulo puede ser mecánico (una fractura ósea), térmico
(una quemadura) o químico (debido a una reacción inflamatoria en el cuerpo
durante una enfermedad aguda, piense en los dolores musculares de una gripe o
los dolores articulares de la artritis).
Suele responder bien a los
analgésicos y por tanto su duración es limitada.
El
dolor crónico: suele ser independiente de la causa original
del dolor. Es posible que la causa del dolor ya no exista, pero que los nervios
sobreexcitados sigan notificando dolor al cerebro. En otras ocasiones, la causa
del dolor puede seguir existiendo sin poder ser tratada o eliminada en todos
los casos, como en las enfermedades incurables o crónicas.
La percepción del dolor
puede incluso independizarse por completo del estímulo original, con lo que en
ese caso la señal de dolor pierde su función de advertencia. De ese modo el
dolor constante o intermitente dura más que su propósito: ya no ayuda al cuerpo
a evitar el daño. También se habla de cronificación del dolor o círculo vicioso
cuando unos estímulos de dolor sin tratar provocan respuestas de dolor
adicionales. Por tanto, el dolor crónico suele ser mucho más difícil de tratar
que el agudo; debería considerarse una enfermedad en sí mismo. Los estados de
salud que causan este tipo de dolor se describen en Causas del dolor.
Revisen la forma como se ingresa un referente bibliográfica en Internet.
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